Resumen
En el ámbito de la delincuencia económica, el delito fiscal es el tipo más característico y con mayor peso específico. La instauración de un sistema fiscal complejo, necesario para mantener el Estado del Bienestar, ha ido parejo a los cambios del sistema económico, el cual comprende nuevas condiciones y estructuras financieras y comerciales adaptadas a la globalización. Todo ello, unido a la libertad de movimientos de personas, bienes y capitales en el espacio de la Unión Europea, ha propiciado la aparición de conductas criminales cada vez más complejas y organizadas, cuestión esta que dificulta su descubrimiento. La criminalización de la defraudación tributaria, a partir de ciertos niveles, pretende salir al paso de esta realidad y garantizar la eficacia del sistema de contribución al gasto público. Ahora bien, como en cualquier política criminal, la voluntad de erradicar la comisión del ilícito penal debe ser clara por parte del Estado (con compromiso por parte del Poder Ejecutivo) y no generar dudas en su aplicación práctica si se quiere alcanzar una eficacia real.
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